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LA REINA ESTHER Y EL ANILLO DE PODER: Conclusión del libro, Martin Stendal


NOTA ADMINISTRADOR:
Rompiendo nuestra costumbre de presentarles los libros por el principio, hemos creído conveniente en esta ocasión llamar su atención comenzando por la conclusión. 
El libro toca los aspectos álgidos de esta transición de la Edad Pentecostal o la Edad de Tabernáculos y analiza el libro de Esther como patrón que es de este kairos de Dios. Esta conclusión nos habla del trascendental año 2017, al que accedemos este otoño con la fiesta de Tabernáculos; del ámbito del lugar Santísimo al que nos adentramos; del 70 jubileo desde que Levítico fue escrito; del juicio comenzando por la Casa de Dios (Iglesia e Israel); de la Primera Resurrección restringida a los Vencedores y de los días de Trompetas y Reconciliación-Expiación, es decir, el arrepentimiento y el abandono de las propias obras, como puertas inexcusables para el acceso al ámbito de Tabernáculos-Lugar Santísimo, ...
CONCLUSIÓN:
El real cumplimiento de las profecías de Daniel, Ester y Zacarías es para nosotros. Estamos entrando en el tiempo de plenitud y de juicio. Algunos entrarán y otros serán cortados. El hecho que Dios ha quitado el sello a este mensaje, significa que el tiempo del cumplimiento está sobre nosotros. El ámbito de Lugar Santísimo está delante de nosotros.
En 1983, fui secuestrado durante cinco meses por las FARC, empezando el 14 de agosto, los guerrilleros me ataron a un árbol en la selva. En las fechas de la Fiesta de las Trompetas, tuve una visita sobrenatural del Señor con un asiento en primera fila, para constatar un evento astronómico extremadamente raro, que involucraba a Venus, la estrella de la mañana, como se relata en mi libro: Secuestro y Reconciliación.
Después de eso, el Señor me guió a un estudio de la Biblia de 100 días, en el cual Él abrió mi entendimiento en relación a todos los Libros de la Biblia.
Dos días más tarde, yo era milagrosamente liberado y era lanzado a un ministerio mundial que se ha intensificado gradualmente en los pasados treinta y dos años.
El Señor me mostró que en 1967 (tenía doce años de edad en ese tiempo) era el 69 jubileo desde la escritura del Libro de Levítico hacia el 1883 a.C.; por tanto, 2017 será el 70 jubileo y creo que probará ser un evento profético significativo (Ezequiel 46:16-18). El año de 1967 fue cuando Israel enfrentó la guerra de los Seis Días, y los judíos recuperaron Jerusalén. Fue además el año en que comenzó la renovación carismática y todos los ministerios que vinieron, desde “el Pueblo de Jesús”, cuando muchos hippies en los campus universitarios se acercaron a Jesucristo.
Espero que el año 2017 sea mucho más intenso. Estamos actualmente en una secuencia de cuatro lunas de sangre, alternando entre la Pascua y los Tabernáculos en los días de fiesta judíos, y la última ocurrió el 28 de septiembre del 2015, la cual es la fecha de la Fiesta de los Tabernáculos.
El Año Nuevo Judío, 13 de septiembre de 2015, marca el principio del año cuarenta y nueve (el séptimo siete) del ciclo del Jubileo. El otoño del año 2016 será el principio del año cincuenta iniciando el Jubileo y marcando 3500 años desde que comenzaran estos ciclos. Las cuatro lunas de sangre son una señal del juicio inminente sobre el ámbito de Israel y de la Iglesia.
Muchos están esperando que un serio juicio sea derramado primeramente sobre los Estados Unidos y sobre el mundo secular. Esto sin duda eventualmente sucederá si el actual estado de las cosas continúa. Sin embargo, tengo un punto de vista diferente. Veo, de acuerdo a las Escrituras, que el juicio empieza por la casa del Señor. Aquellos que están malinterpretando a Dios en Israel y en la iglesia mundial estarán de primeros en la línea, cuando Dios empiece a separar al malo del justo. Cuando el pueblo de Dios esté limpio, el mundo secular tendrá una oportunidad de oro para arrepentirse y venir a Jesucristo.


Setenta semanas están determinadas (Heb. Cortadas, Daniel 9:24)
Cuando Abraham hizo un pacto con Dios, las Escrituras dicen que él cortó un pacto, y el signo de ese pacto era la circuncisión (Romanos 4:11). Cuando Dios entra en un pacto con nosotros, Él va a cortarlo.
Con el propósito de ser traídos en obediencia en un pacto con Dios, Él debe cortar de nosotros lo que no le gusta. Esto se llama la circuncisión del corazón, (Romanos 2:29).
24 Setenta semanas están determinadas {Heb. cortadas} sobre tu pueblo y sobre tu Santa Ciudad, para acabar la prevaricación, y concluir el pecado, y reconciliar la iniquidad; y para traer la justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir el lugar santísimo.
Si usted toma esto sobre una base de un año-por día, esto está profetizando la primera venida de nuestro Señor Jesucristo, y Jesús fue cortado literalmente en la última semana de la profecía.
Pero semanas en la Biblia algunas veces equivale también a generaciones. Desde Adán a Cristo hay setenta generaciones, y esta profecía es cumplida en la generación de Cristo, en la cual nosotros existimos. La generación de Cristo no ha concluido, porque ahora el cuerpo de Cristo tiene muchos miembros y Jesús es la Cabeza.
Pero para algunos de nosotros que estamos vivos y permanecemos, esto todavía va a ser determinado por quién está dentro y quién está afuera, en términos de quién reinará y gobernará con Cristo por mil años.
Sé que hay muchas maneras de ver esto, pero Pablo indicó que él estaba corriendo hacia la meta, al premio del supremo llamamiento, y tiendo a relacionar esto con la Primera Resurrección, (Filipenses 3:14; Apocalipsis 20:4-5).
Y puede ser que mucha gente será salva en cierto sentido, pero excluida de la generación de Cristo, porque la generación de Cristo, el real sacerdocio, es exclusivo de aquellos que reinarán y gobernarán con Cristo, (1 Pedro 2:9).
Si usted añade las cuarenta y dos generaciones (catorce veces tres) mencionadas en Mateo 1:17 (desde David hasta Cristo), Jesús es la cuarenta y uno, y los miembros del cuerpo de Cristo es la cuarenta y dos. Esto incluye todos los miembros de la novia de Cristo sin mancha, ni arruga o cosa parecida. Cristo es el fin de todas las generaciones en la Biblia, y la generación de Cristo continua hoy. Esta es la generación que permanecerá hasta que todas las cosas mencionadas en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21 sean cumplidas, (Mateo 24:34; Marcos 13:30; Lucas 21:32).
No podemos aún estar ciento por ciento seguros de lo que va a suceder a alguien como Judas en el juicio final, porque Dios es el Juez Supremo. Sabemos con certeza por las Escrituras que Judas perdió su lugar. Él irrevocablemente perdió su lugar como apóstol, aunque parece que él hizo un intento de arrepentimiento entre la muerte y la resurrección del Señor (Mateo 27:3-4). Pero él nunca llegó hasta la resurrección porque él ya había pasado el punto de no retorno.
Esto es similar a lo que sucedió con el perverso Amán cuando él suplicó a la reina Ester después que había sido descubierto, pero era demasiado tarde.
Algunas personas piensan que la profecía de Daniel 9 se cumplió con la primera venida del Señor con su muerte y resurrección. Pero esta no fue completamente cumplida.
Escuche esto:
Daniel 9:24 … para acabar la prevaricación...
Prevaricación es una antigua palabra que viene de una raíz que significa torcer las cosas y usarlas para un fin o propósito para el que no fueron diseñadas. Así que cuando tomamos los talentos que Dios nos ha dado y los usamos para nuestro propio beneficio, para conseguir algo para nosotros mismos, eso es lo que estamos haciendo. Estamos usando nuestros dones dados por Dios para algo para lo que no estaban diseñados.
La Santidad no es una manera de hablar o una forma de vestirse o de ritos religiosos y rituales. Santidad significa ser separado para el uso exclusivo del Señor. Eso significa estar disponible exclusivamente para el Señor para todo lo que Él quiera de nosotros.
24 … y concluir el pecado,...
La existencia del pecado en las vidas del pueblo de Dios no está concluida ahora mismo (aunque ha sido hecha una provisión completa en la cruz) mientras el hombre viejo, la naturaleza vieja esté todavía viva.
Las Escrituras declaran que está establecido para los hombres que mueran una sola vez y después de esto el juicio (Hebreos 9:27). Es un buen comienzo para nosotros reconocer el hombre viejo muerto con Cristo cuando recibimos el Evangelio, pero Dios tiene esto conectado. La única manera de salir fuera del ámbito natural en el que vivimos es morir, porque la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios, (1 Corintios 15:50).
En el versículo que sigue, Pablo llama a esto un misterio y lo relaciona con la resurrección de los muertos. Esto además presenta problemas adicionales por la hipótesis del rapto o arrebatamiento secreto.
24 … y reconciliar la iniquidad; ...
Iniquidad se refiere a hacer las cosas a nuestra propia manera y encubrirlas y ocultarlas hasta un punto donde parezca correcto; pero no lo es. Iniquidad también se refiere a las tinieblas y esconder algo de la luz. Y reconciliación significa enderezar. Reconciliar la iniquidad significa enderezarnos de modo que estemos derechos y limpios y de regreso a la luz.
24 ...y para traer la justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir el lugar santísimo.
Sabemos que el Lugar Santísimo está en el ámbito de la Fiesta de los Tabernáculos, la cual está delante de nosotros, porque la mayoría de las personas que componen la Iglesia (en el sacerdocio de todos los creyentes) se encuentran todavía en el Lugar Santo del Ministerio.
Un velo todavía separa a muchos de ellos del Lugar Santísimo. Y con el fin de entrar en la vida de Cristo, que es el prerrequisito para entrar al Lugar Santísimo, debemos venir individualmente, uno por uno.
Pero además en el tipo y la sombra de salir del desierto y entrar en la Tierra Prometida, esto no era algo que Josué y Caleb y los israelitas podían hacerlo uno a uno. Esto tenía que ser todo el pueblo completo y corporativamente y tenía que ser hecho en el momento en que Dios lo determinara (Josué 3:17). En el desierto, Josué pudo morar en el tabernáculo (Éxodo 33:11), pero con el objeto de entrar en la tierra Prometida (simbólico de la plenitud de nuestra herencia en Cristo), los israelitas tuvieron que cruzar corporativamente el río Jordán (simbólico de muerte) y entrar. Dios lo hizo por supuesto, les dio una provisión sobrenatural. Pablo llama a esto un misterio, (1 Corintios 15:51).
Hay aproximadamente treinta y tres mil promesas en la Biblia, y algunas de ellas son para el pueblo de Dios corporativamente, que solamente pueden ser alcanzadas corporativamente, y otras son promesas que pueden ser tomadas individualmente. Si usted mezcla todo, no haciendo la distinción entre el singular y el plural de la Biblia, entonces la gente inconscientemente piensa que las promesas corporativas pueden ser apropiadas individualmente porque esa es la impresión que se tiene al leer las Biblias modernas.
Ellas pierden su amor por el pueblo de Dios que es corporativo, y algunos empiezan a pensar de ellos mismos como Solitarios Soldados espirituales, es decir como el Llanero Solitario.
Jesús resumió la Ley y los profetas diciendo que deberíamos amar al Señor nuestro Dios de todo nuestro corazón y de toda nuestra alma y de toda nuestra mente, y que deberíamos amar a nuestro prójimo tanto como nos amamos a nosotros mismos, (Mateo 22:36-40). La reina Ester puso esto en práctica.
De la otra forma, si usted se equivoca en solo ver un pueblo de Dios corporativo que pueda cumplir con los requerimientos de las promesas de Dios a Su cuerpo, no queda claro que los individuos deben ser tratados uno por uno.
A menos que experimentemos algunas cosas como individuos, y entendamos lo que es crucificar el hombre viejo y matarlo y tratar con nuestras propias situaciones personales, en realidad no podemos llegar a la madurez entre el hermoso pueblo corporativo de Dios, quienes van a heredar colectivamente el Reino.
De modo que seguimos teniendo gente tratando de aplicar las cosas corporativamente sin tratar con sus asuntos individuales. Algunos individuos también tratan de heredar promesas corporativas, pero no tienen absolutamente ninguna posibilidad de éxito.
25 Sepas, pues, y entiendas, que desde la salida de la palabra para hacer volver el pueblo y edificar a Jerusalén, hasta el Príncipe Ungido, {Heb. el Mesías} habrá siete semanas y sesenta y dos semanas, ...
Siete veces siete o cuarenta y nueve años después del decreto que le permitió a Esdras y a otros regresar a Jerusalén, hubo un cumplimiento sombra de la Fiesta de los Tabernáculos bajo Nehemías con la reconstrucción del muro y el templo. Si usted añade sesenta y dos semanas, siete veces (un año por día, –434 años), esto lo llevará al principio del ministerio de Jesús. Por esto es que algunos de los discípulos estuvieron buscando al Mesías en el tiempo específico (Juan 1:45). La última semana con la crucifixión a la mitad de la misma, habría terminado cerca del tiempo en el que el Espíritu Santo fuera derramado sobre la casa de Cornelio (Hechos 10). Esto fue un total de 490 años compuestos de 49, más 434, más 7.
25 … entre tanto se tornará a edificar la plaza y el muro en angustia de tiempos. 26 Y después de las sesenta y dos semanas el Ungido,{Heb. Mesías} será muerto, y nada tendrá: (y el pueblo del príncipe que ha de venir, destruirá a la ciudad y el santuario; cuyo fin será como avenida de aguas; hasta que al fin de la guerra sea talada con asolamiento). 27 En una semana (son ya setenta) confirmará el pacto por muchos, y a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y el presente; y a causa de la multitud de las abominaciones vendrá desolamiento, hasta que perfecto acabamiento se derrame sobre el pueblo abominable.
Jesús fue cortado en la mitad de la semana setenta en medio de Su ministerio. Por el año 67 d.C. aproximadamente (lo que debería haber sido treinta y un jubileos desde la entrega del Libro de Levítico hacia el 1483 a.C.), la situación había degenerado en una guerra descrita por Josefo cuando Jerusalén fue completamente destruida por segunda vez. Aun esto es claro en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21, la destrucción de Jerusalén en el año 66-70 d.C. Era también un tipo y sombra del fin de la edad de la iglesia, la cual está ahora sobre nosotros.
Pero amigos, veo otra dimensión a esta profecía, veo la septuagésima generación, la generación de Cristo (la 70ª desde Adán, de acuerdo a Lucas y la cuadragésima segunda desde David, de acuerdo a Mateo), con nosotros entrando en un tiempo cuando estamos a punto de experimentar la Segunda Venida, y esto será completamente resuelto para los genuinos hijos de Dios. La Escritura que el Señor me dio junto con Daniel 9 es Levítico 23:23-31.
El Libro de Ester da un claro cuadro de todo esto y cómo se aplica a nuestro tiempo presente.
El Día de Reconciliación
Los primeros veintidós versos de Levítico 23 describen la Fiesta de la Pascua (históricamente ligada a los mil quinientos años de edad de la Ley y los judíos) y la fiesta de Pentecostés (históricamente ligada a dos mil años de edad de la gracia y la Iglesia). Espiritualmente, la Pascua está ligada a la Salvación y Pentecostés está ligado a la unción del Espíritu Santo. Bajo la Ley había solamente tres reuniones requeridas al año para Israel que fueron llamadas las Fiestas del Señor y están descritas aquí en el Libro de Levítico, capítulo 23.
En la Biblia Dios no ordena el sistema de sinagoga. Los israelitas inventaron eso, y la iglesia en muchos casos ha seguido por el mismo estilo con misas o cultos interminables.
23 Y habló Yahweh a Moisés, diciendo: 24 Habla a los hijos de Israel, y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis reposo, una alarma para hacer recordar, y una santa convocación (Levítico 23:23, 24).
La fiesta de las trompetas empezaba en el séptimo mes, en el primer día. Esto marcaba el principio de una nueva luna, la cual es simbólica del pueblo de Dios (Israel y la Iglesia) llegando a la victoria. Este es también el Nuevo Año Judío en el calendario sagrado y es probable que fuera la fecha real del nacimiento del Señor Jesucristo. Isaías profetiza el completo cumplimiento de esto:
Y la luz de la luna será como la luz del Sol; y la luz del Sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que soldará el Yahweh la quebradura de su pueblo, y curará la llaga de su herida. (Isaías 30:26)
20 No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque te será el Yahweh por perpetua luz, y los días de tu luto serán acabados. 21 Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; serán renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme (Isaías 60:20-21).
De manera que cuando el pueblo de Dios llegue a ser lo que Dios desea que sea, nosotros no tendremos más de crecientes y menguantes en la iglesia de Dios. Dios va a brillar; Jesús va a brillar siete veces.


Uno de los más grandes problemas hoy está en cómo el mundo percibe a los cristianos. Hay contienda y abominación y corrupción entre el pueblo que se llaman a sí mismos por el nombre del Señor, debido a la falta de un pueblo limpio y corporativo de Dios que pueda ponerlo en exhibición. En este sentido, la mayor parte del Israel natural y la iglesia tibia, están ambos en un problema similar. Ellos están usando el nombre del Señor, y por tanto, son un blanco grande para el Enemigo. Pero, si sus corazones no están limpios, ellos son incapaces de vencer. Los cristianos solo de nombre están siendo masacrados en muchos lugares del mundo hoy, similarmente a lo que le sucedió a muchos judíos. Y sí, hay muchos cristianos y judíos destacados y verdaderos que a través de los años también fueron martirizados.
Sin embargo, veo un gran cambio que está viniendo mientras entramos al día del Señor. Aquellos que estén limpios serán sellados (Apocalipsis 7), y cualquiera que esté usando el nombre del Señor y sin estar limpio o sellado, no solamente recibirá el más fuerte ataque del enemigo, sino además los juicios de Dios (algunos de los cuales pueden estar ligados).
Cuando Dios se refiere a Su pueblo, Él no mora en todas las facciones hechas por el hombre, denominaciones, diferencias y distinciones de lo que el hombre llama la iglesia, o aun entre lo que algunos llaman el Israel natural y el Israel espiritual. El pueblo de Dios son todos aquellos que han sido redimidos por el Señor Jesucristo, y en Cristo no hay división entre judío y griego, o macho o hembra. No hay ninguna otra base para la salvación de cualquiera en el pasado, presente o futuro, que no sea la Obra de Redención de nuestro Señor Jesucristo.
Cuando la nación judía incrédula fue cortada, muchos judíos creyentes no fueron cortados; y cuando los creyentes gentiles fueron injertados entre ellos para ser partícipes, les dijeron que no pensaran mas de sí mismos de lo que debían (Romanos 11:17-21). La raíz del buen árbol de olivo no es la nación judía, es Cristo. Dios aún parece indicar que Él pronto traerá por lo menos a algunos de ellos como nación al arrepentimiento y que Él podrá injertarlos de nuevo en Cristo. (Zacarías 12:9-14; Romanos 11).
Tenemos también la palabra de los profetas más firme, a la cual hacéis bien de estar atentos como a una lámpara que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones (2 Pedro 1:19).
Esto es esencial para juzgar al mundo. Dios lo hará. Nosotros no podemos hacerlo, aun cuando tengamos dones y ministerios y los más grandes talentos que Dios nos haya dado, que podemos tomar y usarlos para nuestra vida. No podemos hacerlo. Tiene que ser Él, en su vida. Él quiere hacer Su obra en nosotros, y Él desea hacer Su obra a través de nosotros. Su obra es la única cosa que permanecerá.
El pueblo corporativo representado por la reina Esther (la esposa de Cristo) es la obra de Sus manos. Incluye a todos los redimidos.
Levítico da una continuación de los requerimientos de entrada que Dios establece para este día muy especial, el Día del Señor.
25 Ninguna obra servil haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a Yahweh.
Esto dice en hebreo -una ofrenda encendida. Amigos, somos la ofrenda.
Debido a que hay fuego extraño por todas partes, la pregunta es: ¿Está usted encendido con el fuego verdadero? ¿Estamos encendidos con el verdadero fuego del Señor? Lo tiene que hacer el Señor. No estamos puestos para estar corriendo alrededor jugando con fósforos, encendiendo fuego falso o extraño.
25 Ninguna obra servil haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a Yahweh.
Observe esto: No está dirigido en singular. Este es un mensaje al pueblo corporativo de Dios.
26 Y habló Yahweh a Moisés, diciendo: 27 Pero a los diez de este mes séptimo será el día de las reconciliaciones; ...
Reconciliación en las Escrituras significa enderezar todo hasta ordenarlo de nuevo, así como Dios es recto y verdadero. Este es el significado de la palabra reconciliación como es definida por el uso que Dios da a este término.
27 … tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Yahweh. 28 Ninguna obra haréis en este mismo día; porque es día de reconciliaciones, para reconciliaros delante del Yahweh vuestro Dios. 29 Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo.
Amigos, esta es una profecía que se aplica a nosotros.
Con el propósito de alcanzar a la Fiesta de los Tabernáculos, usted debe pasar a través de lo que en algunas Biblias se llama el Día de la Expiación. Aquí es traducida como Día de las Reconciliaciones.
La palabra reconciliación es un término importante en la Biblia, pero no es traducido con precisión en muchas traducciones. Empezando en Génesis, Dios le dijo a Noé que construyera un arca con tres niveles. Luego, el texto Hebreo no dice literalmente, “la calafatearás por dentro y por fuera con brea”. Más bien dice: “reconcíliese por dentro y por fuera con rescate”.
Hazte un arca de madera de cedro; harás separaciones en el arca y la reconciliarás con brea {Heb. rescate} por dentro y por fuera. (Génesis 6:14)
Este es el primer uso de la palabra reconciliar y el primer uso de la palabra rescate, que forman patrones claves en todas las Escrituras. Rescate es lo que Jesús hizo por nosotros para redimirnos de manera que pudiéramos ser sacados de las tinieblas e ingresados en la luz. Este rescate está ligado a Su sangre y la vida está en la sangre (Levítico 17:11). El Evangelio es muy claro en el Libro de Levítico. Este rescate obra porque Él dio Su vida por nosotros.
A menos que estemos dispuestos a dejar de lado nuestras propias vidas y dejar que Su vida permanezca en nosotros, no podemos ser enderezados. Esto es el arrepentimiento y requiere de la Gracia de Dios. Esto significa que debemos arrepentirnos y convertirnos para apartarnos de nuestras propias obras, de modo que su obra pueda ser realizada en nosotros y a través de nosotros.
El Evangelio que algunos predican “cree solamente” es deficiente. Jesús dijo, Arrepiéntete y cree (Marcos 1:15).
Cuando Jesús dijo: “cree solamente”, fue en relación a una sanidad física (Marcos 5:36; Lucas 8:50); cuando la hija de Jairo fue resucitada (mientras Jesús siguió el ministerio de Juan Bautista que había llamado a la nación al arrepentimiento). Es después del arrepentimiento que vamos a creer y colocar nuestra fe en Él, así que nosotros dependemos de Su vida de resurrección (Romanos 5:10). Por esto es que Juan Bautista fue enviado para preparar el camino del Señor (Lucas 3:1-18).
Reconciliación en los antiguos diccionarios de inglés todavía es un término para la construcción de embarcaciones. Significa “enderezar y alinear”. Si todos los tablones están alineados y enderezados, el agua no entrará en el barco. Si nosotros estamos alineados directamente con Jesús, junto con los demás que han sido enderezados por Él, allí habrá un “arca” de salvación que tiene tres niveles (Génesis 6:16), la cual atravesará intacta el juicio que viene (Mateo 24:37-39; Lucas 17:26-27). Los tres niveles tienen que ver con las tres fiestas obligatorias prescritas por Dios para Israel y con los tres patios del Templo. Las Escrituras definen las Escrituras cuando la misma cosa está siempre traducida de la misma manera, tal como en la Biblia del Jubileo.
La Reconciliación (ser enderezado, y sometido a la rectitud en Dios) es absolutamente necesaria. No hay ninguna manera de entrar en la Fiesta de los Tabernáculos sin atravesar por la fiesta de las Trompetas y el Día de las Reconciliaciones (las cuales son preludios de la Fiesta de los Tabernáculos). Esta es la plenitud del arrepentimiento y la fe. Esto es cuando nuestra fe se funde con la fe de Jesús, de manera que tenemos una sola fe (Efesios 4:5). Aquí es donde llegamos a ser uno con Jesús, como Él es Uno con el Padre (Juan 17:21).
Es posible entrar en la Fiesta de la Pascua (salvación) o incluso la Fiesta de Pentecostés (la unción del Espíritu Santo) simplemente estando de acuerdo con Dios: aceptar arrepentirnos y colocar nuestra fe en Jesús y estar de acuerdo en someternos bajo la disciplina de nuestro Padre Celestial como Sus hijos. La Fiesta de los Tabernáculos, sin embargo, es diferente. Para poder entrar, debemos estar conformados a Su voluntad. Este es el resultado de la gracia y requiere de nuestra fe para estar unidos con la suya en una sola fe mientras llegamos a la madurez en el cuerpo de Cristo.
Cuando William Tyndale tradujo la palabra para la parte superior o cubierta del Arca del Pacto como “asiento de la misericordia”, él hizo un valiente esfuerzo, pero perdió el significado de la terminología original. En hebreo literalmente significa “asiento de la reconciliación”, y está sobre el arca. Aquí es donde la sangre (la vida) es aplicada y donde podemos ser enderezados en la vida de Cristo. Esto tiene lugar y se lleva a cabo en la directa presencia de Dios (Zacarías 3:1-5) en el ámbito del Lugar Santísimo.
Cualquier intento de entrar al Lugar Santísimo sin la sangre (sin la vida de Jesús) será destruido. El único que pudo entrar apropiadamente fue Jesús. Y la única manera para nosotros entrar en la presencia de Dios el Padre, es en Su vida. Es en la presencia de Dios y en la vida de Jesús porque todas las promesas de Dios son en Él “Sí” y en Él “Amén”, por nosotros para la gloria de Dios (2 Corintios 1:20).
Este ámbito de la Iglesia de hoy (unido al Lugar Santo, a la Fiesta de Pentecostés y a la Tierra) es un ámbito que está desvaneciéndose como una flor abierta y será purificado por el fuego y unido con el Lugar Santísimo (2 Pedro 3:10). El ámbito de Pentecostés no es un ámbito que permanecerá. Sabemos que la plenitud de la Fiesta de los Tabernáculos para el pueblo de Dios está en el horizonte. Pero primero viene el Día de la Expiación, el Día de Reconciliación.
Este no es solamente un día del pueblo de Dios viniendo corporativamente de regreso a la presencia de Dios (de regreso al ámbito del Lugar Santísimo), sino además es un día en el cual aquellos que no afligieran sus almas y no dieran sus espaldas a sus propias vidas serán cortados. Esto fue lo que le sucedió a Vasti. Aquellos que no se arrepintieran de sus propias obras serán destruidos. Esto fue lo que le sucedió a Amán.
Amigos, en Pentecostés, el simbolismo es todavía de un campo que fue plantado con buena semilla y con cizaña. Ambos crecen juntos, pero antes del final, la cizaña será juntada en manojos y será quemada. Luego, el trigo será llevado al granero (Mateo 13:24-30).


¿Qué haremos para no contarle a Sara?
Levítico 23, el versículo 30 aclara esto un poquito más:
30 Y cualquier persona que hiciere obra alguna en este mismo día, yo destruiré la tal persona de entre su pueblo.
Ya sabemos que nuestras obras no pueden salvarnos a nosotros o a cualesquiera otros. Ya sabemos que nuestras propias obras no van a lograr realizar nada que vaya a durar para siempre. Ya sabemos que necesitamos descansar en el Señor, si nos apoyamos en el Señor, Él hace su trabajo en nosotros y a través de nosotros. En otras palabras, Él en realidad desea usarnos para hacer algo. Esto es por Gracia y por medio de la fe.
Esta es la controversia de la terminología no-escritural de “morir a sí mismo” y una de las razones por las que creo que deberíamos regresar a la terminología escritural que habla de negarse a sí mismo (Lucas 9:23) y de ser muertos al pecado (Romanos 6:2). Hay algo de verdad en la muerte a sí mismo, al yo, pero debemos entender que hay un viejo yo y un nuevo yo. Es el viejo yo el que debe morir. Las Escrituras lo llaman el hombre viejo. Y el hombre viejo es esclavo del pecado, pero el nuevo hombre es siervo de la justicia. El nuevo hombre hace justicia —esta fluye naturalmente de él, es una cosa compulsiva. El nuevo hombre no puede permanecer sin hacer justicia, mientras que el viejo hombre solo desea pecar. El nuevo hombre en Cristo está en reposo, pero el hombre viejo nunca estará en reposo.
Entonces amigo, ¿está usted en el reposo? ¿Está usted encendido con el fuego de Dios?
Dios desea que nosotros seamos la ofrenda mientras seguimos las huellas de Jesús. Siempre me pregunto: ¿Acaso Abraham le contaría a Sara lo que iba a hacer antes que él fue a ofrecer a Isaac? Yo sé que en mi propia vida y ministerio, hay ciertas cosas que no le contamos a “Sara”. Nosotros solamente confiamos en Dios que Él va a resolver las cosas al final, mientras creemos en Él y seguimos su dirección paso a paso.
30 Y cualquier persona que hiciere obra alguna en este mismo día, yo destruiré la tal persona de entre su pueblo.
¿Qué día? El día del Señor, profetizado por todos los profetas.
31 Ninguna obra haréis; estatuto perpetuo será por vuestras edades en todas vuestras habitaciones.
Este Día de la Expiación, el Día de Reconciliación, el día cuando el pueblo de Dios regresa a Él, marcará un inmenso cambio. No habrá más trabajo “servil” permitido para el pueblo de Dios. Desde este punto, solamente el trabajo de Él será válido, pero estaremos involucrados, tremendamente involucrados.
Dios desea darnos los deseos de nuestro corazón, pero primero Él quiere purificar nuestros corazones y asegurarse que Su corazón está en nosotros. Cuando ese sea el caso no habrá más problemas. En ese momento, Él nos dará los deseos de nuestro corazón porque tendremos Sus deseos. El ámbito del Lugar Santísimo es el ámbito de la oración respondida sin límites, (Juan 16:23).
Jesús no sufrió y murió de modo que no experimentáramos ninguna prueba o tribulación. Él fue a la cruz para pagar la pena, el castigo por nuestros pecados. Él nos mostró el camino y Él es el Camino. Él nos llevará sobre Sus hombros en la Fiesta de los Tabernáculos, de regreso al ámbito de la presencia del Padre, exactamente como los nombres de todas las tribus de Israel fueron grabados sobre dos piedras de ónice y puestos sobre los hombros del efod del sumo sacerdote, (Éxodo 28:6-14).
Nosotros vamos a ser coherederos, hijos, parte del cuerpo de Cristo de muchos miembros del cual Jesús, nuestro Gran Sumo Sacerdote, es la Cabeza.
32 Sábado de sábados será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve del mes en la tarde; de tarde a tarde reposaréis vuestro sábado.
Israel descansaba cada siete días bajo la Ley. Ahora estamos entrando en el séptimo milenio de la creación de Adán. Este es llamado el Día del Señor. Porque para Él un día es como mil años y mil años como un día. Ahora vamos a descansar en Él cada día; vamos a desistir de nuestras propias obras y a permitirle a Él obrar en nosotros y a través de nosotros. Entonces Él nos encenderá con su fuego. Entonces todas las promesas repentinamente llegarán a ser en Él “Sí” y en Él “Amén” “en plenitud” (2 Corintios 1:20).
Note que los seis mil años (seis días proféticos) del gobierno del hombre (el cual Adán cedió a Satanás) no empezaron con la creación de Adán y Eva. Ellos empezaron cuando este “mundo” fue fundado —cuando Satanás maquinó la caída y Adán se rebeló. Así que es claro que hemos entrado al séptimo milenio (desde la creación de Adán) y que la Fiesta de las Trompetas está ahora sobre nosotros, el Día del Señor no ha amanecido todavía plenamente. En primer lugar, la estrella de la mañana debe levantarse en nuestros corazones mientras la plenitud del nuevo día amanece lentamente. Esta es la historia de Ester.
Levítico 23 continúa y describe la Fiesta de los Tabernáculos, la cual está tipificada con la edad del reino (Apocalipsis 20). Esta se supone ser la escena abierta en el Libro de Ester, pero la reina Vasti rehusó y se negó a entrar allí.
Sería trágico para cualquiera de nosotros haber llegado hasta aquí por todo este camino y ser cortados de reinar y gobernar con Cristo en la Edad del Reino porque no nos arrepentimos y afligimos nuestras almas y desistimos de nuestras propias obras en este tan crucial y crítico umbral.
Oremos:
Padre Celestial, te pedimos que tú mismo puedas revelarte a nosotros como nunca antes, que podamos buscarte con todo nuestro corazón, que puedas traernos al arrepentimiento en cualquier área que sea necesaria, individualmente y corporalmente. Señor, te pedimos que podamos ver estas cosas desde tu punto de vista y podamos entender el terrible daño que ocurre cuando ponemos nuestra mano en eso que solamente tú puedes hacer. Pero, por otro lado, te pedimos que podamos tener fe y ser animados, para permitir que hagas Tu obra en nosotros y a través de nosotros.

Te pedimos que no seamos temerosos de cualquier cosa que verdaderamente Tú deseas que hagamos. Te pedimos esto en el nombre del Señor Jesucristo, Amén.
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Auditorio del Centro Comercial Los Héroes
Domingos a las 16:30 Horas
Bogotá-Colombia-Suramérica

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