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AÑO 2014, Mensaje Profético de Juan Radhamés Fernández


Palabra Profética para el Año 2014
Por Juan Radhamés Fernández

El número siete, de acuerdo al significado de los números en la Biblia, nos habla de perfección, de plenitud, de algo que se completa en Dios. El siete deriva su raíz de la palabra hebrea "shabá" que significa llenura, saciedad en el sentido de estar pleno y satisfecho. En su acepción espiritual su significado va más allá de una plenitud aritmética, para develar conclusión, una plenitud divina profética. En el séptimo día acabó Dios la creación y también en el día séptimo reposó de toda la obra que hizo (Gen 2:2). La Palabra nos habla de los siete espíritus de Dios y también de siete iglesias (Apocalipsis 1:4) entre otras muchas cosas simbólicas relacionadas con perfección y purificación. En ese sentido, el catorce cuya suma es dos veces siete, nos revela este mismo simbolismo pero en doble porción. Así el 14 no es solo doble perfección, sino que siempre es doble. 
El número catorce marca, señala, anuncia, enfatiza y demarca las intenciones y propósitos santos de Dios. En la vida del apóstol Pablo vemos que el catorce tiene relación con la manera en que Dios le reveló el evangelio (Gálatas 1:11-24; 2:1-2; 2 Corintios 11:32-33; 12:1-5). También vemos como el narrador de la genealogía de Jesús divide cada generación en tres grupos de 14 generaciones, haciendo una demarcación de ese tiempo, aunque hace silencio en la causa por la cual lo expresó así (Mateo 1:1-17). Por lo cual, si de Abraham hasta David son catorce generaciones; y desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones, su suma nos da 42 generaciones, lo que es igual a 6 multiplicado por 7. Y si seis representa a número de hombre y Jesús es el Hijo del hombre (Mateo 18:11); y el siete representa a Jesús como el Hijo de Dios, entendemos que Dios perfeccionó al hombre en Cristo. Y si a la luz de esta enseñanza (o interpretación profética) podemos intuir la posibilidad que desde el nacimiento de Jesús hasta Su segunda venida habrá 14 generaciones, sumaríamos 14 generaciones a las 42 semanas de Abraham hasta Cristo, lo que representarían 8 generaciones, que multiplicadas por 7 que son 56. El ocho representa reinicio y siete perfección, podemos decir entonces que la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo es el reinicio de la perfección eternal en Dios. ¡Aleluya! 
El año 2014 revela la doble medida de la perfección, y en tiempo de perfección hay que perfeccionarse, iglesia. Este año que se inicia es el año de la demarcación, del tiempo de cerrar, para volver abrir. No cerrar por cerrar, sino cerrar porque “concluí” la obra que se me encomendó y “empiezo” una nueva. Dios confiará a los fieles que hayan guardado su Palabra los secretos muy guardados, y entregará en sus manos los tesoros escondidos que nuestro Dios ha reservado para los que esperan en Él. 
A los centinelas del amanecer que no se han dormido, nuestro Señor les dará una trompeta nueva para que anuncien a la final trompeta los tiempos nuevos. También los convertirá en heraldos, para que lleven los edictos del Rey. Y el sonido de sus trompetas será ungido para despertar al creyente dormido en el letargo de la rutina religiosa y la indiferencia a la proclamación evangélica. 
El Espíritu declara que habrá doble medida de perfección para que al adorar, adoremos con corazón recto; al servir lo hagamos con un corazón fiel y abnegado; cuando proclamemos las nuevas de salvación lo hagamos con un corazón unido al mensaje; cuando nos relacionemos en compañerismo (koinonia) lo hagamos con un corazón sincero y sin doblez ni hipocresía; para que el amor, que es el vínculo perfecto, reine en nuestros corazones y nos lleve a la unidad de la iglesia. Lo que es "en parte", lo de niños se acabará, será quitado cuando llegue lo perfecto, lo completo, para los maduros; cuando el amor empiece a reinar como vínculo perfecto. 

Finalmente, el Espíritu de la profecía enfatiza tres cosas y anuncia que serán realizadas en este año 2014 de la purificación en Dios:
1. Lo que es en parte, se acabará, porque lo que es "en parte" es para niños, en cambio lo completo es para los perfectos y maduros.
2. Dios hará conocer la demarcación de los tiempos generales (gr. Kronos) y los tiempos actuales (gr. Kairos) de Dios. En otras palabras, si bien a los antiguos se les dijo que “No os toca a vosotros saber los tiempos (kronos-el cuando) o las sazones (kairos-el qué), que el Padre puso en su sola potestad” (Hechos 1:7 ), ahora la iglesia sabrá el tiempo, la duración de un período (kronos) y su caracterización (lo que Dios se propone y está haciendo en dicho periodo) (kairos), lo que ocurrirá; conoceremos el “cuándo” y el “qué” de las cosas que Dios ha tenido guardadas, pero que ahora nos serán reveladas en el tiempo de madurez.
3. Se derrama sobre la iglesia una doble santificación, y doble medida de purificación. (Añadido: la doble porción de Eliseo, reservada para Tabernáculos).

Iglesia de Cristo, estamos el tiempo de perfección lo cual nos trae la purificación, la plenitud en todas las cosas. Entramos en un tiempo en el que necesariamente el fruto del Espíritu superará al don, porque los dones del Espíritu son un medio, pero el fruto del Espíritu es el fin. Amados, tomemos el camino más excelente, la senda donde se termina lo que es en parte, lo que es de niño, y el fruto sustituye el don, para que se establezca lo que es perfecto, lo que permanece, lo perenne y eso es el amor.



Notas tomadas del mensaje profético dado en la iglesia El Amanecer de la Esperanza, por el pastor Juan Radhamés Fernández, el 31 de diciembre 2013, para dar inicio al 2014 Año de la Purificación en Dios.
Vea el mensaje completo aquí:

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