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LA APOSTASÍA, Dr. R. L. Hymers, Jr.


Un sermón predicado en el Tabernáculo Bautista de Los Ángeles
  • “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición” (II Tesalonicenses 2:3).

    “Ese día” se refiere al “día del Señor” en el versículo dos. Los Tesalonicenses no estaban preocupados de que Cristo había venido de nuevo. Sabían que no había regresado todavía. Pero estaban preocupados de que la primera parte del día del Señor había llegado, y que ya estaban en el período de la Tribulación. La intensa persecución que estaban sufriendo de la Roma pagana les hizo pensar que ya estaban en la Tribulación. Tenían miedo de que el día de los últimos tiempos de la ira de Dios había comenzado. Ahora, en nuestro texto, el Apóstol Pablo explicó por qué no podían estar viviendo en el período de la Tribulación. Dos acontecimientos tendrían que pasar primero. William MacDonald dijo:

    Primero tendrá lugar la apostasía. ¿Qué quiere decir esto?…Se refiere a un abandono total de la fe Cristiana, el rechazo positivo de la fe Cristiana.
    Entonces una gran figura mundial surgirá. En cuanto a su carácter, él es “el hombre de pecado”, es decir, la encarnación misma del pecado y la rebelión (traducción de William Macdonald, Believer’s Bible Commentary, Thomas Nelson Publishers, edición de 1995, p. 2053; comentario sobre II Tesalonicenses 2:1-3).

    “El hombre de pecado” se refiere al Anticristo, el dictador mundial final. Por lo tanto, el Apóstol nos dice que dos cosas deben suceder antes de que la Tribulación se lleve a cabo – la apostasía y el aparecimiento del Anticristo. En este mensaje, estoy tratando con el primero de ellos – la apostasía. El día del Señor no vendrá “sin que antes venga la apostasía”. El Dr. W. A. Criswell dijo:

    La frase “la apostasía” está correctamente traducido. El uso del artículo [la] indica que Pablo tiene en mente una apostasía específica. La implicación es que antes de “el día del Señor” se producirá un marcado alejamiento de los creyentes profesos

    (Traducción W. A. Criswell, Ph.D., The Criswell Study Bible, Thomas Nelson Publishers, 1979; nota sobre II Tesalonicenses 2:3).

    Ha habido varios periodos de apostasía durante la era Cristiana, o la dispensación. Pero en ningún momento ha habido un “abandono total de la fe Cristiana” (MacDonald, ibid.) hasta los tiempos modernos. Hoy en día todas las grandes denominaciones Protestantes están plagadas de apostasía. Este es el caso de las escuelas e instituciones Metodistas, así como los Luteranos, los principales Presbiterianos, Episcopales y muchos de los Bautistas, como hemos documentado en nuestro libro, La Apostasía de Hoy (Hearthstone Publishing, 1999, segunda edición 2001). La caída en la apostasía liberal aún ha ocurrido en la Iglesia Católica Romana, donde el Papa mismo ahora ha adoptado plenamente la evolución de Darwin. El Dr. Harold Lindsell documentó la apostasía en las iglesias en detalle en su libro de referencia La Batalla por la Biblia [The Battle for the Bible] (Zondervan, 1976). Algunos de los títulos de los capítulos en ese libro incluyen tratamientos sobre la apostasía en:

    La Iglesia Luterana-Sínodo de Missouri,
    La Convención Bautista del Sur,
    El Seminario Teológico Fuller,
    y Otras Denominaciones y Grupos Para-Eclesiales.

    El Dr. David F. Wells, profesor de Teología Histórica y Sistemática en el Seminario Teológico Gordon-Conwell, ha escrito varios libros sobre la apostasía en el evangelicalismo, con títulos como: Dios en el Yermo, Perdiendo Nuestra Virtud, y No Hay Lugar Para la Verdad : o ¿Qué le Sucedió a la Teología Evangélica? La revista Time llamó los libros del Dr. Wells, “Una acusación punzante de la corrupción teológica del evangelicalismo”. En No Hay Lugar Para la Verdad (Eerdmans, 1993) el Dr. Wells dijo:

    A medida que el mundo de la verdad Cristiana se rompe…El resultado… es el ateísmo práctico, sin importar si se trata de los liberales o los fundamentalistas que están ocupados en ello. Se trata de un ateísmo que reduce la Iglesia a nada más que el servicio que ofrece o al las buenas sensaciones que el ministro puede generar…reducido a poco más que una profesión de ayuda… todo lo que nos queda es el sentimiento… que quiere escuchar sin juzgar, que tiene… poco interés en la verdad, que tiene simpatía pero no tiene pasión por lo que es correcto (págs. 248, 249).

    De nuevo él dijo:

    El mundo evangélico ha perdido su radicalismo a través de un largo proceso de acomodación a la modernidad. Trágicamente, ha perdido su entendimiento tradicional de la centralidad y la suficiencia de Dios…Lo que la Iglesia necesita ahora no es avivamiento, sino reformación (ibid., págs. 295, 296).

    Él dice que las grandes iglesias, las iglesias emergentes, y los progresistas se están moviendo “hacia un Cristianismo más liberal. A su debido tiempo los hijos de estos evangélicos se convertirán en completos liberales, sospecho, al igual que aquellos contra los que los abuelos evangélicos protestaron originalmente” (traducción de David F. Wells, Ph.D., The Courage to Be Protestant, Eerdmans Publishing Company, 2008, p. 2). Estoy de acuerdo con él, excepto que creo que muchos de ellos ya son “completos liberales”. Por ejemplo, los ataques de Rob Bell a un Infierno eterno podrían venir directamente de un libro de Harry Emerson Fosdick, o de otros liberales del pasado. ¡Y los libros de Bell fueron plenamente aprobados por el presidente del Seminario Teológico Fuller!

    “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía …” (II Tesalonicenses 2:3).

    ¡Estamos sin duda viviendo en ese tiempo de apostasía ahora mismo!

    Pero, ¿cómo ocurrió la apostasía? El Dr. Martyn Lloyd-Jones tenía razón cuando dijo:

    No tengo ninguna duda en afirmar que la causa principal del estado de la iglesia Cristiana de hoy en día, y todo el estado del mundo, en consecuencia, es la terrible apostasía que ha caracterizado cada vez más la iglesia durante los últimos cien años (traducción de D. Martyn Lloyd-Jones, M.D., Revival, Crossway Books, 1987 edition, p. 55).

    El Dr. Lloyd-Jones dijo eso a principios de 1970. Si él dijera eso hoy, diría: “la terrible apostasía que ha caracterizado cada vez más la iglesia durante los últimos ciento cincuenta años”.

    Podemos rastrear las raíces de la apostasía al Alumbramiento. El Dr. Francis A. Schaeffer (1912-1984) señaló que el filósofo Francés Voltaire (1694-1778) fue llamado el “padre del Alumbramiento”. El Dr. Schaeffer dijo:

    El sueño utópico del Alumbramiento se puede resumir en cinco palabras: la razón, la naturaleza, la felicidad, el progreso y la libertad. Era completamente secular en su pensamiento (traducción de Francis A. Schaeffer, D.D., How Should We Then Live?, originalmente publicado 1976; Crossway Books edición 2005, p. 121).

    El hombre era central en el pensamiento del Alumbramiento. Dios y la Biblia fueron empujados a un segundo plano.

    Para nuestro estudio de la Apostasía, tres hombres del Alumbramiento se destacan, y su significado es muy importante. Johann Semler (1725-1791) fue un teólogo Alemán que dijo que la teología era objeto de constante cambio y desarrollo mientras los teólogos responden a diversas circunstancias culturales. Como consecuencia, él dijo que hay muchas cosas en la Biblia que no son inspiradas. El valor de la Biblia debe dejarse a criterio de cada individuo. Por lo tanto, Semler puso la razón humana poner encima de la revelación Bíblica, y abrió la puerta a la crítica Bíblica que pronto salió de Alemania y dañó la autoridad Bíblica en el mundo moderno.

    El segundo hombre de gran importancia en el desarrollo de la apostasía fue Charles Darwin (1809-1882). El único título académico de Darwin fue en teología. Pero él abandonó su anterior creencia en el relato de la creación del Génesis, y desarrolló su teoría de la transmutación de las especies, conocida popularmente como la evolución, en su libro El Origen de las Especies [The Origin of Species]. Más tarde aplicó su doctrina de la evolución a los seres humanos, en 1871, en El Origen del Hombre [The Descent of Man]. Thomas Huxley (1829-1895) popularizó la evolución de Darwin en varios debates en los que atacaba el Cristianismo. Darwin y Huxley grandemente dañaron la fe Cristiana y la autoridad de las Escrituras. 

    El tercer hombre de pensamiento del Alumbramiento, que generalmente se pasa por alto en el aumento de la apostasía, fue Charles G. Finney (1792-1875). Finney atacó las enseñanzas de la Reforma Protestante, y puso la salvación en las manos del hombre, en vez de Dios. Finney enseñó que el hombre puede elegir o rechazar la salvación por los actos de su propia voluntad. Por lo tanto, la salvación por gracia solamente, una gran doctrina de la Reformación, fue sustituida por el neo-Pelagianismo de Finney – la idea de que el hombre por sí solo podría decidir convertirse en un Cristiano, y lo podría hacer así por un acto de su propia voluntad. Finney no era un Arminiano. Era un Pelagianista completo. La herejía Pelagianista de Finney eventualmente se rompió y sustituyó la enseñanza de la Reformación de la salvación por gracia solamente. Tan poderoso se ha convertido el Finneyismo que virtualmente ha reemplazado la clásica teología Protestante con el “Decisionismo” moderno.

    Vamos a examinar cómo el “Decisionismo” superó las iglesias y produjo la apostasía de hoy. En su libro, Avivamiento y Reavivamiento: El Hacer y Marcar del Evangelicalismo Estadounidense 1750-1858, [Revival and Revivalism: The Making and Marring of American Evangelicalism 1750-1858,] Iain H. Murray señala que el evangelicalismo se apartó de la vieja idea de la conversión en el siglo diecinueve al “Decisionismo” enseñado por Charles G. Finney (1792-1875). Murray afirma que esta transición fue casi completa en el pensamiento evangélico popular a principios del siglo veinte:

    La idea de que la conversión es obra del hombre se convirtió en endémica al evangelicalismo [una parte esencial del evangelicalismo], y, al igual que los hombres olvidaron que la regeneración es la obra de Dios, desapareció la creencia en el renacimiento como la obra del Espíritu de Dios. [Esto] es un producto directo de la teología de Finney (traducción de Iain H. Murray, Revival and Revivalism: The Making and Marring of American Evangelicalism 1750-1858, Banner of Truth Trust, 1994, pp. 412-13).

    El libro de Murray da una visión profunda en este período crucial. El capítulo catorce se debe leer primero. Describe como se aleja la religión evangélica de la vieja idea de la conversión hacia la nueva doctrina de Finney del “Decisionismo”. La conversión según fue enseñada por los Protestantes y los Bautistas anteriores fue olvidada poco a poco, reemplazada por una mera decisión por Cristo, lo que significara para el individuo. “Pasar al frente”, “levantar la mano”, “decir la oración del pecador”, “hacer de Cristo el Señor de uno”, creer “el plan de salvación” o algunos versículos de la Biblia, reemplazaron la idea Bíblica de la conversión como una obra de Dios en el corazón del hombre.

    El cambio de la conversión al Decisionismo, que fue encabezado por Finney, ha sido observado por muchos otros. El Dr. David F. Wells, profesor de teología histórica y sistemática en el Seminario Teológico Gordon-Conwell, ha dicho: “El cambio en el entendimiento sobre la conversión tuvo varias etapas”. Él las dio y luego señaló que estos cambios están asociados con el ministerio de Charles Finney (David F. Wells, Ph.D., Turning to God: Biblical Conversion in the Modern World, Baker Book House, 1989, p. 93). El fallecido historiador el Dr, William G. McLoughlin, hijo, habló de “Charles Grandison Finney, quien, en los años de 1825-1835, creó el evangelismo moderno” (William G. McLoughlin, Jr., Ph.D., Modern Revivalism: Charles Grandison Finney to Billy Graham, The Ronald Press Company, 1959, p. 11). El teólogo Evangélico J. I. Packer estuvo de acuerdo, diciendo que “el evangelismo de tipo moderno fue inventado por Charles G. Finney en la década de 1820” (J. I. Packer, A Quest For Godliness, Crossway Books, 1990, p. 292). Richard Rabinowitz ha escrito sobre el cambio de la conversión al Decisionismo durante el tiempo de Finney desde la perspectiva de un historiador secular (Richard Rabinowitz, The Spiritual Self in Everyday Life: The Transformation of Personal Religious Experience in Nineteenth-Century New England, Northeastern University Press, 1989). Otros predicadores tuvieron parte en esta transición, pero era Finney quien claramente guió el camino.

    Así, la conversión se transformó en Decisionismo en gran parte a través del ministerio y los escritos de Charles G. Finney, como estos hombres han señalado. El punto de vista de Finney envolvió las iglesias evangélicas de América, y más tarde, en el siglo veinte, se infiltró en las iglesias de las Islas Británicas. Hoy en día, la declaración de Iain Murray es casi universal en el mundo de habla Inglesa: “Los hombres olvidaron que la regeneración es la obra de Dios, así el creer en el avivamiento como la obra del Espíritu de Dios desapareció. [Esto] es un producto directo de la teología de Finney” (traducción de Revival and Revivalism, pp. 412-413). Como William G. McLoughlin, hijo, dijo, “Él inauguró una nueva era en el revivalismo Estadounidense. Él transformó toda la filosofía y el proceso del evangelismo” (McLoughlin, Modern Revivalism, p. 11). Todavía estamos tratando con los efectos de esa transformación en la actualidad. La apostasía que nos rodea revela que el Decisionismo de Finney ha guiado a nuestras iglesias a la muerte.

    Finney fue un producto del Alumbramiento, el cual en el siglo dieciocho introdujo el humanismo (la razón humana como fuente del conocimiento) en el espectro filosófico. Los Comentarios de Blackstone sobre la ley fueron una avenida principal a través de la cual las ideas del Alumbramiento llegaron a la mente de Finney. El libro de teología de Finney se basa casi por completo en el razonamiento humano, mostrando su deuda con el Alumbramiento. El argumento de Kant (f. 1804) y Schleiermacher (f. 1834) de que la religión es menos acerca de Dios que las experiencias religiosas del hombre, encuentra su expresión plena en la teología y metodología de Finney. G. W. F. Hegel (f. 1831) dijo que Dios es una fuerza impersonal. Esta idea también aflora repetidamente en los escritos de Finney. Por lo tanto, las ideas filosóficas del Alumbramiento, hombres como Emmanuel Kant, Friedrich Schleiermacher y G. W. F. Hegel vinieron a Finney a través de la filtración de estas ideas en la mente del brillante joven abogado. La centralidad humana y la suficiencia humana se habían convertido en parte del pensamiento intelectual de la época de Finney, y él fue muy influido por estas ideas. Y es en gran parte a través de Finney que el Alumbramiento entonces infiltrara el Protestantismo y casi lo destruyó. En 1887 Spurgeon pudo decir: “La iglesia está siendo enterrada debajo de las duchas hirvientes de barro de la herejía moderna” (traducción de “The Blood Shed for Many,” The Metropolitan Tabernacle Pulpit, Pilgrim Publications, 1974 reimpresión, volumen XXXIII, p. 374)

    El Decisionismo de Finney primero arruinó a los Congregacionalistas, después a los Metodistas, después los Presbiterianos, y después varios grupos Bautistas. El liberalismo no causó la muerte de estas iglesias, el Decisionismo lo hizo. El Decisionismo produjo liberalismo. Cada profesor liberal en el Seminario Bautista del Sur que asistí había hecho algún tipo de decisión. Pero, estas decisiones no los convirtieron – por lo que cayeron de cabeza al liberalismo cuando lo estudiaron. El Decisionismo produce liberalismo porque una persona no convertida, a pesar de que ha hecho una decisión, simplemente no puede comprender el mensaje espiritual de la Biblia (cf. I Corintios 2:14). Jesús dijo una vez a un famoso maestro de la Biblia: “No te maravilles que te dije: Os es necesario nacer de nuevo” (Juan 3:7). El Decisionismo llenó las iglesias con personas no convertidas. Como resultado directo del Decisionismo las denominaciones Protestantes llegaron a estar bajo el control de hombres y mujeres perdidos. Así es como la apostasía de hoy envolvió las iglesias.

    No importa quién eres, ni lo que has aprendido, cuántas “decisiones” o “re-dedicaciones” has hecho, o cuánto has tratado hacer de Cristo tu Señor, aún debes experimentar la conversión verdadera o irás al Infierno. Es nuestra oración que seas convencido de pecado y confíes en Cristo en una conversión real antes de que sea demasiado tarde.



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