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EL VIAJE DE LA ESPOSA-Gloria en Lugar de Ceniza III (George H. Warnock)


TABLA DE CONTENIDO
Introducción a la Tercera Parte .................. 5
Capítulo Uno ................................................. 7
Un Tiempo de Preparación
Capítulo Dos .................................................. 18
El Encargo del Siervo de Abraham
Capítulo Tres ................................................. 33
Dios Escoge Soberanamente la Esposa
Capítulo Cuatro ............................................ 58
El Viaje de la Esposa
Capítulo Cinco .............................................. 78
Una Esposa para el Primer Adán
Capítulo Seis .................................................. 85
Una Esposa para el Ultimo Adán
Capítulo Siete .................................................116
Interacción entre lo Celestial y lo Terrenal


“Porque os celo con celo de
Dios; pues os he desposado a
un marido, para presentaros
como una virgen limpia al Cristo.
Mas temo que como la serpiente
engañó a Eva con su astucia,
sean corrompidos así vuestros
sentidos en alguna manera, y caigan
de la simplicidad que es en el
Cristo”
(2 Corintios 11:2,3 SEV).

Introducción
a La Tercera Parte
Este escrito se refiere a la Esposa de Cristo, y a su
viaje al corazón de Dios. El capítulo 24 del Génesis
constituye la base de lo que tenemos que decir: La
historia de Isaac y Rebeca, y el viaje de ella a la tierra de
Canaán, bajo la vigilante solicitud del siervo de confianza
de Abraham.
Pero, también recalcamos mucho el papel del siervo
que tuvo el encargo de hacer el viaje a Mesopotamia, con
el fin de conseguir una esposa virgen para Isaac. Sabemos
que el Espíritu Santo es ese Espíritu Unico y fiel que
prepara a la Esposa de Cristo y la enriquece. Sin
embargo, El habita en Su pueblo de la Tierra para que, en
un sentido muy real, todos seamos responsables de
tomar nuestro lugar como siervos ministrantes de la
Esposa de Cristo. Porque así como Eva fue la Esposa de
Adán – y al mismo tiempo “de su carne y de sus huesos”
– del mismo modo nosotros seamos la Esposa de Cristo,
aunque unidos a El en un Cuerpo. Y el Cuerpo de Cristo
se “edifica a sí mismo”... cuando cada miembro toma su
lugar como un administrador y siervo de Cristo. Reconocemos,
por supuesto, que existen siervos–administradores
especiales que Dios ha colocado en el Cuerpo,
cuya responsabilidad es la de ministrar fielmente la
Palabra de Dios, como “administradores de los misterios
de Dios.”
Quiera Dios que el modo de ser y el comportamiento
de este siervo fiel y anónimo (de Abraham) sea un
reto para todos nuestros corazones, con el fin de que
cumplamos fielmente el encargo que tenemos de
ministrar la vida de Cristo al pueblo de Dios. Porque,
como miembros de Su Cuerpo, todos tenemos parte en
Su obra y todos somos siervos los unos de los otros
mientras, al mismo tiempo, nos convertimos en parte
de un todo corporativo.


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